Una pieza de cerámica no está totalmente acabada hasta que no se aplica la decoración escogida. En el caso de las piezas hechas en el torno, existen múltiples formas para dar un resultado sorprendente y diferente, utilizando técnicas de incisión, textura, color y cocciones especiales. Te damos algunas ideas para que puedas comenzar e investigar.
Decoración con incisiones
Se trata de realizar texturas con herramientas de tallado, de madera o de talla con pico de flauta. Las herramientas puedes crearlas tú mismo.
Podemos modificar las piezas creando pequeñas línea, caminos, pellizcos, punteo, etc
Pero también podemos aprovechar la inercia del torno. En este sentido, la herramienta se desliza suavemente a lo largo y ancho de la pieza, mientras el torno gira. El efecto es como de “mordida”. La pieza queda tallada de forma aleatoria en toda su superficie. Esto es lo que se conoce con el nombre de “Cana”.
También podemos crear texturas sobre una pieza realizando cortes verticales. Consiste en “facetar” una pieza. De esta forma, con la ayuda de un alambre de tensado, arco metálico o un cuchillo largo, cortamos porciones de barro dejando las aristas que resulten de tal acción. Para esto el barro tiene que estar fresco y las paredes no deben ser demasiado finas.
Calados
Una pieza ya torneada, y seca, es una superficie perfecta para dibujar motivos. Con ayuda de una herramienta punzón o un perforador, podemos crear una trama a lo largo de la pieza, que traspase de una pared a otra, perforando en definitiva la pared del barro. En este caso, tiene que ser una pared no excesivamente gruesa.
Estas decoraciones pueden recorrer toda la pieza o realizarse solo en algunas zonas, creando efectos muy decorativos. Los juegos de luz pueden ser realmente bellos.
Asimismo, tallar una pequeña flor, calar sólo ciertas zonas del dibujo, es un recuro altamente creativo y efectista.
Incrustación o Mishima
Es una técnica de origen oriental, originaría de Corea, del siglo XIII. Consiste en hacer incisiones sobre la pieza, en dureza de cuero, que posteriormente se rellenan con barbotina de otro color.
Las partes del proceso de la incrustación serían: marcar el dibujo, realizar las incisiones para rellenar con engobe y retirar el sobrante para que la incrustación quede a ras con la superficie de la pieza. Es importante ser muy precisos en el trabajo, no dejando que el engobe sobrepase la superficie que se ha marcado. Lo bonito de esta técnica es que el resultado sea realmente elegante. Posteriormente se suele aplicar un esmalte transparente.
Impresión
En este caso, no se trata de quitar arcilla de la pieza, si no de prensarla sobre la propia forma. Vasijas antiguas de Inglaterra tienen impresas filas de líneas que posiblemente estuvieron marcadas con las uñas de los propios alfareros.
Cualquier cosa puede servir para imprimir sobre el barro. Un botón, una hoja, semillas, conchas de mar, el tronco de un árbol… También existen sellos ya preparados, con motivos específicos, para cerámica. Con estos sellos se pueden hacer tramas repetidas, muy decorativas también.
Aquí os ofrecemos algunos ejemplos de ceramistas que realizan sus piezas a torno y que destacan además, por la decoración que realizan sobre el barro, con algunas de las técnicas que os hemos contado. ¡Que no falte la inspiración!