La cerámica no es una actividad inocua, como bien sabemos. El polvo y las particulas de sílice que contiene la arcilla no son filtradas por nuestras fosas nasales y pueden depositarse en nuestros pulmones. Por todo esto y otras particularidades del material, es importante seguir siempre una serie de pautas en cuanto a seguridad y manipulación.
Puede parecer complicado pero en definitiva, se trata de aplicar un código de seguridad de forma rutinaria con una serie de pautas específicas. Acciones sencillas, que podamos recordar y realizar casi de forma automática en el día a día de nuestro trabajo. Y si además damos clases, es básico transmitirlo también a nuestros alumnos. A continuación, os damos algunos sencillos consejos.
Sustancias peligrosas
Existen materiales tóxicos que deben manipularse con cuidado durante nuestro trabajo en el taller. Aunque cada vez hay más sustitutos (el estroncio sustituye al temido carbonato de bario, por ejemplo), así como fritas que reducen el componente en plomo, es importante seguir unas pautas de manipulación. Guantes y mascarillas, son nuestro gran aliado, siempre.
Es importante etiquetar debidamente las sustancias peligrosas así como almacenarlas en botes de plástico, mejor que de cristal. Recoger cualquier resto que caiga al instante, antes de que seque; usar bolsas herméticas; o evitar los envases rotos, son alguna prácticas aconsejables.
Asimismo, siempre hay que leer las instrucciones que aporta el fabricante antes de usar una de estas sustancias.
Los lustres, por ejemplo, hay que aplicarlos con mascarilla, siempre. Inhalarlos durante tiempo prolongado puede producir dolores de cabeza.
Estas recomendaciones son efectivas, como decimos, cuando estamos formulando nuestros propios esmaltes, en contacto directo con las materias primas. La evolución constante del mercado hace que tengamos hoy día acceso a una amplísima gama de esmaltes, óxidos y engobes en suspensión. Al ser en estado líquido (evitamos el polvo) y libres totalmente de plomo, son mucho más accesibles para todo tipo de edades.
El Horno
Idealmente el horno debería de estar en una estancia aparte del taller. En un lugar bien ventilado y con un sistema fijo de extracción, especialmente para la quema de lustres y calcas.
El horno debe tener un diferencial específico en el cuadro eléctrico, de forma que podamos aislarlo del resto de la instalación.
Una buena opción es utilizar un filtro de aire en la salida del tubo, fácil de instalar y que hará que el aire que salga sea limpio.
Evitar materiales potencialmente inflamables cerca del horno, como maderas, plásticos… Ya que la temperatura alcanzada es muy alta.
Polvo en el taller
El polvo es uno de los grandes enemigos del taller, y a su vez, uno de los más presentes. Es importante mantener una correcta ventilación. Así como limpiar a menudo, siempre con agua y trapos húmedos, que eviten su suspensión en el aire.
En la medida de lo posible, hay que usar mascarilla durante el esmaltado y siempre, una máscara respiratoria en el caso de esmaltado con máquina. Asimismo, en este último caso es importante contar con una cabina específica para ello.
Electricidad
Las instalaciones eléctricas tienen que ser realizadas por un profesional. Es importante mantener las manos secas al entrar en contacto con un dispositivo eléctrico. Los diferenciales de seguridad son también muy útiles, especialmente para alargar la vida de los aparatos.
Ventilación
Lo ideal es que el área de trabajo esté continuamente ventilada. En este sentido, dado que cada taller es diferente, en tamaño y distribución, lo recomendable es consultar este tema con un técnico de ventilación, que determine los puntos de entrada y salida del aire.
En cualquier caso, el sentido común siempre funciona en estos casos. Una estancia ventilada y una correcta instalación del horno, con un tubo que elimine correctamente los gases, utilizar un filtro de aire y evitar la excesiva torsión del mismo, son algunas de las recomendaciones.
Idealmente, el tubo debería estar conectado con la bajante, para que la salida de humos se haga en la parte superior del edificio.
¡No nos olvidemos de nosotros!
Hidratarse a menudo es básico, ya que nuestro cuerpo está continuamente expuesto al polvo y a sustancias que secan el ambiente.
También es importante usar un calzado adecuado, que cubra el pie, y lo proteja de posibles vertidos, y que tenga una suela flexible y lo suficientemente gruesa para aguantar horas de pie, si fuera necesario, (especialmente si das clases esto es importante).
Hay que lavarse las manos a menudo, para evitar tocarse la cara, el pelo, etc. con las manos impregnadas de esmalte, por ejemplo, y que puede llegar con facilidad a nuestra boca o aparato respiratorio.
En la medida de lo posible, evitar comer en la zona de taller. Intenta salir, volver a tu casa o si no, habilitar una zona en el taller lejana del horno y del espacio de trabajo. Que sea tu espacio de office, donde comer o tomarse un café.
Si quieres profundizar en esta área, consulta el siguiente estudio realizado por The National Institute for Occupational Safety and Health, Ohio 2008.
https://www.cdc.gov/niosh/hhe/reports/pdfs/2007-0127-3068.pdf