La alúmina calcinada se emplea sobre todo para aumentar la viscosidad de los vidrios, disminuyendo su tendencia a desvitrificar o perder la transparencia propia del vidriado. Además aumenta su resistencia mecánica y disminuye el coeficiente de dilatación, mejorando la opacidad del vidriado.

Al añadir grandes cantidades de alúmina se obtienen vidriados mate.

Debido al punto de fusión tan alto de la alúmina, también se suele utilizar como protector en las placas del horno, ayudando a evitar las incrustaciones de esmaltes que escurren de las piezas. Se aconseja una mezclada algo superior al 50% con caolín y añadir agua suficiente para dar consistencia como para que se pueda aplicar con pincel o brocha.

Se distribuye en formato de 1 Kg. de polvo blanco.

No está clasificada como peligrosa según la Directiva de la CE 67/548/EEC y sus posteriores modificaciones.

FICHA TÉCNICA