Ya sabemos todo lo que se puede ensuciar un taller de cerámica. El polvo en suspensión, el barro húmedo, el torno, los pinceles, las herramientas… Es importante dedicar cada día un tiempo a limpiar el taller a conciencia y con responsabilidad. Tu salud te lo agradecerá. Aquí van algunas recomendaciones, para que no se te escape nada.
El polvo
La cerámica es una disciplina con un alto componente químico en los materiales. Además, la propia naturaleza del barro húmedo, hace que realmente haya barro por doquier.
Si no se limpia en profundidad y a diario, el polvo siempre estará presente, agravando el riesgo de padecer enfermedades pulmonares.
En este sentido, el agua es nuestro gran aliado. Enjuagar el suelo cada día, al finalizar la jornada, especialmente las zonas alrededor del área de trabajo, es imprescindible. Y en ocasiones, hacer dos pasadas, para eliminar cualquier partícula que quede en suspensión.
Lo mismo con la mesa y las herramientas. Estas últimas, pueden limpiarse con un trapo húmedo, para no acortar su vida útil, especialmente si son de madera o metal, para eliminar impurezas y polvo.
Trabajar sobre superficies impermeables, que se puedan lavar con facilidad, es otro tema importante. Mesas laminadas o de contrachapado son una opción, mejor que una mesa de madera que no esté lo suficientemente barnizada o aislada.
Orden y organización
Seguro que tenéis vuestros propios trucos para mantener el orden en vuestro taller. Esto, sin duda, hará más sencilla su limpieza.
Un recurso eficiente es etiquetar. Botes de esmaltes, materias primas, barros, zonas de almacenamiento… de tal forma que podamos identificar de un solo vistazo qué es cada cosa, y ponerlo en el sitio adecuado.
Para organizar los diferentes plásticos que usaremos para tapar las piezas, así como para ordenar las telas de la laminadora, una buena idea es usar un mueble con compartimentos, parecido al mueble de los zapatos. Así, plásticos y telas se pueden organizar por material: loza, gres, porcelana, refractario,… Esto es especialmente útil si contáis con alumnos en vuestro estudio. Los plásticos se reutilizan, evitaremos un uso indiscriminado de los mismos, pero a su vez, no estropearemos ninguna pieza usando un plástico con el barro equivocado.
Limpiar las herramientas
Para ello utiliza un trapo mojado, adecuado para cada herramienta. Utilizar un jabón natural, el clásico jabón “lagarto”, para limpiar los pinceles alargará la vida de los mismos.
Prácticas saludables para el día a día
1. Evita el polvo lo máximo posible. Para ello:
- Humedece siempre una zona donde haya caído polvo antes de limpiar.
- Trata de lijar en el exterior.
- Humedece suelo y superficies de trabajo todos los días, incluso antes de barrer. No es recomendable barrer ni aspirar en el estudio o alrededor de la arcilla. Estos métodos elevan las partículas de polvo en el aire ya que no hay agua para retenerlas.
2. Utiliza gafas y mascarilla protectora cuando vayas a lijar o manipular esmaltes. Necesitarás una mascarilla que esté clasificada para partículas finas o de lo contrario será inútil contra la sílice o el polvo generado por esmaltes y materias primas. Para la aplicación de lustres, hay que utilizar una mascarilla más potente, que neutralice gases.
3. Utiliza ropa apropiada, que te proteja, y cómoda así como lavar a menudo tu delantal para quitarle el polvo.
4. Es importante que el taller esté siempre ventilado.
5. No es recomendable comer en el estudio. Para ello, es bueno contar con un pequeño office o cocina, donde tener los utensilios de comida y literalmente, comer. Hacerlo en la misma mesa donde se trabaja, no es lo más saludable.
Estas son sólo algunas pautas, que cada uno debe de adaptar a sus posibilidades y entorno de trabajo.
Seguro que tenéis muchos trucos para mantener limpio y ordenado vuestro estudio de cerámica. ¿Compartís?