El barro es un material flexible que pasa por múltiples estados antes de su transformación en cerámica. En este sentido, es importante conservarlo adecuadamente para que dure en el tiempo y no tiremos el dinero. Como es inevitable que parte de la arcilla se seque, sobre todo en los momentos del año más cálidos, te mostramos en cuatro sencillos pasos cómo recuperar este barro.
A menudo tenemos trozos de barro que proceden de piezas que hemos creado y que ya no se pueden devolver a la pella inicial porque su humedad es diferente.
Si te ocurre esto, lo ideal antes de reciclar barro es dejarlo secar.
De hecho si encuentras un bloque de barro mal cerrado, que se ha secado, es el estado ideal para reciclarlo. El barro se hidrata mejor en seco y en trozos.
De ahí que nuestro primer paso sea:
Moler el barro
Con un buen mazo resistente, damos golpes al barro hasta que consigamos hacerlo pequeños pedazos. No hace falta molerlo hasta que se convierta en polvo, pero sí conseguir trozos de un tamaño medio.
Hidratar el barro con agua
Lo metemos en un recipiente amplio y lo cubrimos de agua hasta la mitad, aproximadamente, del volumen de barro que tengamos. No es necesario cubrirlo de agua completamente, ya que luego nos costaría secarlo.
Dejar secar
Sabremos que el barro está bien hidratado cuando tenga una consistencia como de yogurt espeso. El tiempo de espera dependerá de las condiciones ambientales en las que nos encontremos. Con nuestras manos, quitamos los grumos. Es importante que esté lo más cremosos posible. Podemos incluso utilizar una batidora de hélice, para mezclar el agua con el barro.
Dependiendo del tipo de barro que estemos reciclando, podemos usar un colador de malla grande para eliminar los grumos.
Ponemos nuestra pasta sobre una escayola grande, bien extendida, y dejamos que absorba el exceso de agua. Le daremos la vuelta de vez en cuando para que vaya absorbiendo por ambos lados.
Amasar
Cuando la escayola haya absorbido el agua de nuestro barro, comenzamos a amasar para quitar el exceso de aire y para preparar una pella adecuada para trabajos posteriores.
¡Ya lo tenemos! Ahora sólo tienes que guardar bien tu pieza de barro, con un plástico y en lugar húmedo y con poca luz.