¡Sabemos que estabais esperándolo! Con la vuelta a la «nueva normalidad» retomamos también nuestros video tutoriales de cerámica con Nuria Álvarez. Además os traemos una técnica preciosa, Mishima. Engobes y cera líquida serán vuestros aliados.
La técnica Mishima consiste en hacer incisiones con un objeto punzante en una pieza de barro cruda, en dureza de cuero, que después rellenaremos con engobe de color. Se trata de decoración mediante incrustación.
Tiene su origen en Corea, durante la dinastía Koryo, entre los siglos X y XIV. Sin embargo es más popularmente conocida con su nombre japonés, Mishima.
Las características decoraciones de grullas bajo celadones, en pastas blancas casi porcelánicas, son una de sus variantes más reconocibles.
La ceramista Nuria Álvarez domina esta técnica y os propone una modalidad que consiste en utilizar cera líquida para reservar las zonas no marcadas por un punzón. La cera líquida es una emulsión que actúa como repelente y protege las áreas que no queremos que sean decoradas en la pieza.
Qué vas a necesitar:
- Una plancha de barro crudo de baja temperatura, en dureza de cuero
- Engobes de los colores que más te gusten
- Cera líquida, puedes adquirirla tanto de Duncan como de Mayco.
- Pinceles
- Una paletina
- Agua y esponja
Pasos Previos
Un día antes, prepararemos una plancha de barro que dejaremos secar semi-tapada para que pierda agua, pero no seque completamente. Queremos que esté en «dureza de cuero».
Por otro lado, prepararemos los dibujos o motivos que queramos trasladar a nuestra plancha sobre papel de seda utilizando un lápiz de grafito.
Nuria ha escogido dibujos de polillas y de la hoja del gingo biloba.
Primer Paso
Agitamos bien el bote de cera líquida y la aplicamos con ayuda de una paletina. Una capa fina pero uniforme será suficiente.
La cera habrá secado completamente cuando deje de brillar y se vea sólida (aproximadamente diez minutos).
Después, no olvidéis lavar bien vuestro pincel con agua y jabón suave, ya que la cera estropea mucho las cerdas.
Segundo Paso
Trasladamos el dibujo sobre la plancha de barro. Para ello, utilizamos una cuchara y frotamos con suavidad.
A continuación, marcamos el contorno y los detalles del dibujo con una herramienta punzante. Será por esta línea por donde entrará el color del engobe al realizar la técnica Mishima.
Utilizamos una brocha para eliminar los trozos de barro adheridos.
Tercer Paso
Aplicamos el engobe sobre los dibujos con un pincel.
Es importante que el barro no esté excesivamente seco, ya que la pieza absorberá demasiado rápido y aparecerán imperfecciones en la línea.
Asimismo, es importante que el engobe esté hecho con la misma base del barro que vamos a utilizar.
De esta forma tendrán el mismo coeficiente de dilatación y evitaremos que aparezcan burbujas o grietas tras el secado y la cocción.
La técnica Mishima es un trabajo muy delicado y un acabado limpio y preciso, marca la diferencia.
Cuando el engobe haya secado, lo retiraremos utilizando una esponja humedecida. Teniendo mucho cuidado de no eliminar el engobe que ha entrado dentro de las ranuras y que crearán el efecto de nuestra Mishima.
Podemos eliminar el exceso de humedad con ayuda de papel de cocina.
Como veis, al haber aplicado la capa de cera, el engobe sólo ha sido absorbido por la zona de la ranuras (sin cera). En la superficie, lo eliminaremos con facilidad.
Cuarto paso
Dejamos secar y cocemos a 980 grados. La cera se quemará en el horno. A continuación aplicamos el esmalte.
Nuria ha acabado la decoración poniendo color con óxidos muy aguados, como si fueran acuarelas, y posteriormente ha esmaltado con un barniz transparente brillo.
Variante
También podemos realizar la misma técnica sobre una plancha que previamente hayamos coloreado con engobe. De esta manera, aplicaremos el color deseado; dejaremos secar y lo cubriremos con la cera líquida; a continuación, repetiremos el proceso desde el segundo al cuarto punto, que hemos explicado anteriormente.
Simplemente hemos «reservado» la zona de color con la cera para que salga en nuestro trabajo final. Al aplicar cera líquida, la esponja humedecida no se llevará la zona donde hemos puesto color previamente.
¿Qué os ha parecido esta técnica? Podéis utilizarla en superficies horizontales pero también verticales como tazas, jarrones… Trasladando vuestros diseños e ilustraciones con un acabado y trazo fino.
¡Queremos ver vuestros trabajos!
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